El régimen
despótico que gobierna esta Andalucía mansa ha desatado una feroz persecución
contra el doctor Jesús Candel, alias Spiriman. No tolera el Régimen la menor
disidencia y, mucho menos, que se desacrediten sus mentiras, se airee su
corrupción en los medios y se incite a la gente a la protesta callejera. ¡Hasta
ahí podíamos llegar!
Quienes nos
hemos atrevido a hacerle frente sabemos en carne propia cómo las gasta. Y
aunque, ciertamente, en un régimen totalitario como éste nada ni nadie queda
fuera del alcance de sus tentáculos, su reacción es mucho más terrible y
despiadada cuando la amenaza viene desde dentro, es decir, de aquellos que
conocen bien sus entrañas.
Por tal motivo
el Régimen ha puesto precio a la cabeza de Spiriman. Ha clavado el Wanted –vivo o muerto- en las cabeceras
de sus medios afines –que son numerosos- del mismo modo en que Lutero clavó sus
95 tesis en las puertas de la Iglesia de Wittemberg. Ha abierto de par en par
las perreras del Palacio de San Telmo, dando suelta a la feroz y babeante
jauría. Objetivo: la aniquilación civil del señalado; su estigmatización como
persona y su desacreditación pública como profesional. Una persecución de
manual. De manual nazi-mafioso.
Resulta
indignante y paradójicamente hilarante contemplar cómo desde la Junta se mueven
los hilos de este retablillo. Qué ridículo espectáculo el de estas marionetas
del Régimen dando cachiporrazos a diestro y siniestro.
Lo acusan
estos esbirros –y esbirras, conforme a su lenguaje y sus dogmas- de machismo y
violencia verbal.
Recuerdo los
primeros años de la democracia, cuando en los mítines del Psoe la clientela enfervorizada
jaleaba a Alfonso Guerra: “Arfonso dáles caña” y éste –con menos gracia que
mala leche- repartía insultos a troche y moche para satisfacción y regodeo del
público. Arfonso fue un adelantado
del género, un precursor. Ahí quedan ese “tahúr
del Mississippi” con que motejó al entonces presidente del Gobierno, o “Monja Alferéz” con el que zahirió a una
de las ministras de Aznar. Destacados dirigentes del régimen andaluz han
seguido su estela, por no decir todos. Sólo a título de ejemplo, ahí tenemos al
que fuera jefe del clan socialista de Alcalá de los Gazules -¡¡¡consejero de
Justicia!!!- que llamó a Javier Arenas “matón
de discoteca”; o al actual portacoz
socialista y miembro de la ejecutiva federal del Psoe Marito Jiménez que insultó a todos los funcionarios andaluces,
tildándolos de fascistas por oponerse a la famosa ley del enchufismo. Y qué
decir del inefable y lenguaraz Emilio de Llera y sus insultos-amenazas
machistas a la ebúrnea Alaya, o de aquél butanero que fue vicepresidente de la
Junta que se refería a una alta carga
como “la de las tetas gordas”. En
fin, sólo hay que tener un poco de memoria.
¿A qué, pues, este rasgarse ahora las vestiduras? Sería gracioso
este derroche de hipocresía y cinismo si no diera ganas de vomitar. ¿Dónde estaban
entonces estas- y estos- almas sensibles que tanto sufren con el machismo de
Spiriman y se acongojan con los insultos que les dedica a sus gerifaltes -y
gerifaltas-? ¿Dónde estaban esas Comisiones
de Igualdad cuando los sindicalistas del pesebre –CC.OO y UGT- acosaban a
la ebúrnea diosa de la Justicia en las mismísimas puertas de su juzgado, o
cuando Arfonso insinuaba que ésta
tenía un affaire con cierto alto cargo del PP, hoy ministro?
Vaya por
delante que prefiero sin lugar a dudas la socarronería, la ironía elegante, la
caricatura refinada, la metáfora ácida o cualquier otra forma inteligente de
crítica antes que la vulgaridad y ordinariez del insulto soez. Sin embargo,
comprendo que ante una situación de hostigamiento implacable, de opresión inclemente, de
injusticia despiadada, quien la sufre pueda cometer algún exceso en su
desahogo. Y, aunque preferiría que la verdad fuese acompañada de la belleza
poética, en cualquier caso, si hubiese que contraponer en la balanza la verdad
frente a las buenas maneras, está claro que desearía que aquélla se impusiera;
pues, como dijo el gran Machado, la
verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
¡¡¡Ánimo Spiriman, no
estás solo!!!
Noviembre, 2017