El Gobierno se mira el ombligo

 

Leo en los papeles que el Gobierno ha decidido contratar a una maquilladora (En neolengua: servicios especializados de imagen necesarios para las comparecencias y actos públicos) para que Pedro el Fatuo y doña Rogelia de Cabra salgan guapos en Telemoncloa y en todo su orbe planetario.

El día que el covid-19 arrebata la vida a 201 compatriotas y hiere con su desenfrenada zarpa a más de 35.000, la principal preocupación de este desentendido Gobierno radica en su propia imagen. Es decir, que quien sea la imagen del Gobierno ofrezca una correcta imagen. La imagen de la imagen, pues, su desvelo y afán. La imagen al cuadrado.

En estos días en que el país sufre una grandísima crisis climatológica, que agrava aún más la crisis sanitaria y económica en que estamos inmersos; en estos días en que la desproporcionada subida de la tarifa eléctrica hará aún más gravosa la ‘cuesta de enero’ a millones de hogares; en estos días, que sufrimos la privación de libertades, al borde de nuevo de un confinamiento local o algo aún peor; en estos días, digo, al Gobierno lo que le preocupa es que el personal lo vea bien maqueado. Espejito, espejito, ¿hay alguien más guapo que yo?

Sólo nos faltaba esto en el Gobierno: además de mentirosos, vanidosos. Bochornoso espectáculo narcisista.

Incierto enero de 2021