EL MENTIROSO VUELVE A HACERLO

 Lo leo en el periódico y no doy crédito a mis ojos, pienso que algún bromista ha colado como noticia fragmentos del guión de un episodio de la serie de José Mota ‘El cansino histórico’, pero no, no es el Día de los Inocentes, me digo, así que debe ser cierto, aunque parezca farsa: la goebelsiana fontanería de Pedro Snchz –Pedro Estornudo, como el escribano cervantino- organizó un ‘baño de masas’ con objeto de desagraviar al carismático líder por sus últimos contratiempos –llamemos así, compasivamente, a los abucheos, caceroladas y pitadas- sufridos en sus dosificadas apariciones públicas en suelo patrio. Como tal cosa no podía llevarse a cabo sin considerable riesgo en una gran ciudad, el aparato propagandístico eligió un pequeño pueblo salmantino, de electorado socialista, y, por consiguiente, predispuesto en potencia a otorgar al líder el cálido masaje que su vanidad necesita tanto como su cuerpo el oxígeno. Calvarrasa de Arriba, con quinientos y pico habitantes, fue el elegido. Marchaba la comitiva socialista por la High Street de Calvarrasa, al modo berlanguiano, cuando un paisano se acercó a su cabecera y preguntó: ¿Es usted Pedro Sánchez? Y Pedro, henchido de vanidad, a punto de estallar, como uno de esos sapos, respondió sonriente: sí, yo soy ; y el señor cateto, desconfiado pero intuitivo, como suelen ser los catetos y los perros de pueblo, pidió inmediata confirmación a lo que había oído, en evitación de equívocos: ¿Pedro Sánchez, el mentiroso?

Y ahí quedó la cosa, el buen paisano fue inmediatamente sacado de escena por la guardia pretoriana del déspota, según refiere el diario.

Viene esto a cuento para contextualizar –como gusta decirse ahora- el hecho de que nuestro personaje –el mentiroso, digo- tenga cierta fobia a pisar nuestras calles –y el Congreso-, así que, fuera de los telediarios y los Aló presidente, sólo encuentra ocasión de lucirse ante las masas cuando va al extranjero. Y ha sido así, otra vez más, cuando en Nueva York ha soltado un discurso muy acorde a su naturaleza mendaz, de predicar lo contrario de lo que hace o de hacer lo contrario de lo que predica. Así, se ha atrevido a afirmar cínica y desvergonzadamente lo siguiente:

“Llamo a defender la democracia como única alternativa frente a cualquier deriva totalitaria, excluyente e intolerante (…) Sin duda, la democracia está amenazada.

Daría risa si no causara espanto y una profunda náusea tanto cinismo y desvergüenza. Por supuesto, sabe muy bien de lo que habla, pues justamente esas son las señas de identidad de su Gobierno: la intolerancia, la exclusión, el guerracivilismo, el desprecio de las leyes, la restricción de derechos y libertades, el ultraje a la Justicia y al parlamento, a la separación de poderes –fundamento de toda democracia-, en suma, tal como él mismo ha apuntado –y muchos, o algunos, venimos advirtiendo- la constatable deriva totalitaria del Gobierno y la seria amenaza que supone para nuestra debilitada democracia. Sin pretensión alguna de exhaustividad, sólo como recordatorio a los olvidadizos, mencionemos sólo algunos ejemplos que sustentan lo expresado:

1. Ataques a la libertad de expresión: “Revuelo por la 'nueva misión' de la Guardia Civil: "Minimizar el clima contrario al Gobierno" (El Español, 19/04/2020); La ministra Celaá confirma el ataque del Gobierno a la libertad de expresión, equiparando la crítica al Gobierno con los bulos: "No podemos aceptar que haya mensajes negativos, mensajes falsos, en definitiva". (entrevista en TVE, 20/04/2020)

2. Ataques a la libertad de enseñanza: “La defensa del sector público es la excusa para poner en marcha un proceso de depuración ideológica que no atiende a la mejora de los servicios que recibe el ciudadano, sino al adoctrinamiento con que la izquierda pretende excluir a quienes no comulgan con sus dogmas.” (Editorial ABC 19/12/2019); La ley educativa que ha borrado el español como lengua vehicular en la enseñanza (….) el Congreso aprobó la enmienda negociada por Unidas Podemos, el PSOE y Esquerra para "blindar la inmersión lingüística en Cataluña” (El Español, 9/11/2020)

3. Ataques al derecho a la propiedad: “la actuación de la seguridad nacional, mediante la declaración por el Presidente del Gobierno de una situación de interés para la seguridad nacional, permite integrar la acción de todos los recursos disponibles de las administraciones públicas afectadas, e incluso aquéllos que estuvieran en mano de particulares, mediante el ejercicio de las potestades ordinarias previstas por el ordenamiento jurídico”. Es decir, Sánchez podrá expropiar cualquier bien que considere clave por Real Decreto, sin pasar ni por el Congreso ni por el Consejo de Seguridad Nacional, y, además, podrá saltarse los trámites “si existen razones de urgencia o de oportunidad que así lo exijan”. (Exposición de motivos de la Ley de Seguridad Nacional); La mayoría parlamentaria que conforma el PSOE, Unidas Podemos, los grupos independentistas y las fuerzas que sustentan al Ejecutivo ha avanzado su rechazo en el Congreso a una proposición de ley contra la 'okupación' (Europa press, 16/02/2021); El Gobierno legitima ahora la okupación cuando no haya violencia. Garzón cuela en el decreto que crea al consumidor vulnerable un artículo para blindar a los okupas que hayan entrado en una vivienda vacía. (ABC, 21/02/2021)

4. Ataques a la independencia judicial y a la separación de poderes: El jefe del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, ha destacado que la Fiscalía General del Estado depende del Ejecutivo (Entrevista en RNE, noviembre 2019) Fuentes de la Fiscalía han mostrado este miércoles su "sorpresa" y "estupefacción" por las declaraciones del presidente del Gobierno en una entrevista en RNE. Estas fuentes recuerdan la "independencia" de la Fiscalía y lamentan que Pedro Sánchez transmita al exterior "una imagen de injerencia del Gobierno en el sistema judicial (El Mundo, noviembre de 2019); "¿La Fiscalía, de quién depende?", preguntaba irónicamente Pedro Sánchez, autoseñalándose como cabeza invisible del Ministerio Público , ahora, ya sin miramientos y sin ironías, el socialista convierte a la exministra de Justicia Dolores Delgado en fiscal general del Estado, dejando atónitos a los fiscales, al dejar a un lado de forma definitiva la aparente imparcialidad que se presupone del cargo.” (El Confidencial, 13/01/2020); “El Tribunal Supremo ha rechazado archivar la investigación del nombramiento de Dolores Delgado como fiscal general del Estado. El Gobierno, por medio de la Abogacía del Estado, pretendía que la causa fuera sobreseída…” (Vozpópuli, 06/02/2021); “La magistrada Encarnación Roca sobre las presiones al Constitucional: "Yo también he recibido esas llamadas del Gobierno" La vicepresidenta del Alto Tribunal confesó durante la deliberación de la sentencia que recibió advertencias para que avalara el estado de alarma” (El Mundo, 16/07/2021); Bolaños, sobre la reforma del CGPJ: "Los jueces no pueden elegir a los jueces" (El Confidencial, 02/09/2021)

5. Ataques a la soberanía Nacional: El Tribunal Constitucional (TC) considera que el cierre del Parlamento durante el primer confinamiento vulneró los derechos de los diputados a ejercer su tarea legislativa y de control al Gobierno. (El Mundo, 17/09/2021); El segundo estado de alarma también fue inconstitucional. El ponente del TC tumba el cerrojazo de Sánchez al Congreso y rechaza que decretara seis meses sin control «efectivo y real» al Ejecutivo. Considera ilegal delegar en las autonomías competencias estatales para restringir libertades.” (ABC, 22/09/2021).

6. Ataque a las más elementales libertades individuales: Detención ilegal, mediante arresto domiciliario de toda la población del país (excepto, de la clase política, muchos de los cuales fueron pillados in fraganti fuera de sus domicilios): El Pleno del Tribunal Constitucional consideró por mayoría que el confinamiento domiciliario del primer estado de alarma decretado por el Gobierno en marzo de 2020 excedió los límites de dicho estado excepcional recogidos en la Constitución y por tanto no fue legal ni constitucional;

“La Policía irrumpe en una fiesta ilegal en Madrid derribando la puerta de la vivienda sin orden judicial (28/03/2021) “El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, asegura que un piso turístico no es una "morada" si se usa para una fiesta ilegal y ha defendido la labor de los agente (Telemadrid, 31 mar 2021) “La ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha defendido la actuación policial en la que varios agentes de Policía Nacional irrumpieron este fin de semana en un piso de Madrid para disolver una fiesta sin orden judicial, justificando que este local no se trataba de una morada, "sino de un inmueble turístico" (El Español, 30/03/2021) …El juez procesa por allanamiento de morada a los seis policías que irrumpieron en una fiesta ilegal con una patada en la puerta. El juez considera “incontrovertido” que los agentes entraron en el piso sin orden judicial … (El País, 22/09/2021)

Etc., etc., etc…..

No extraña, pues, conociendo al personaje –al mentiroso, me refiero- que considere los hechos expuestos perpetrados por su Gobierno como defensa de la democracia.

Este Pedro Estornudo, o Pedro el Mentiroso, es tan cínico y procaz como aquél personaje de una sátira de Horacio, que fue sorprendido cuando estaba ‘desollando’ a un tercero ausente y alguien le espetó: ¡Eh, tú (mentiroso), que no nos conoces y nos hablas como si no te conociéramos!

Septiembre de 2021

NO HAGÁIS CASO AL GPS

 

Anhelando el reposo que otorgan al espíritu los bosques y espesuras plantadas por la mano del Amado, y el placer infantil de contemplar de cerca a la gente que los habitan: zorros, ciervos, gamos, jabalíes, ardillas… (también son gente, decía el entrañable Dersú Uzalá) enfilamos el camino de uno de los más bellos parajes montañosos de nuestra tierra.

Esclavos ya sin remisión del modo de vida 2.0, preteridos brújulas y mapas, y todo aquello que requiera un esfuerzo intelectual, fiamos nuestro destino a la dulce voz que desde el teléfono móvil nos orienta y dirige. Así hasta que súbitamente nos damos de narices con una hermosa reja de hierro forjado que cierra el paso a todo lo ancho de la vía. Sin más remedio detenemos el coche y descubrimos por las inscripciones labradas en la misma que estamos a las puertas del antiguo cementerio del pueblo. Algo, además, nos llama la atención: sujeto a uno de sus lados un cartel bien visible, impreso en taller –que habrá costado su buen dinero al contribuyente municipal- nos lanza una tajante advertencia: “NO HAGÁIS CASO AL GPS”. Tardía y gratuita admonición, cuando ya es inútil seguir el consejo, y no quedan más opciones que darse la vuelta o adentrarse en los dominios de Plutón. Al menos, piensa uno, se nos permite dar la vuelta y corregir el rumbo; de otro modo, esta encerrona no sería sino alegoría de la vida misma: guiados y pastoreados con cuentos y embelecos y promesas por una dulce voz –seductora y mentirosa, como la de las sirenas odiséicas- hasta ese lugar donde ya nada es posible, donde la fría nada es lo único posible.

Me vienen a la memoria unas palabras de Pablo D’ors: lo trascendente se camufla a menudo en lo banal, y me digo -venciendo esa pulsión fatalista que me domina- que, tal vez, el cartel sea metáfora de otro mensaje más humano, que en los tiempos que corren no estaría bien visto expresar: un grito de rebeldía y de libertad. ¡No hagáis caso al GPS! ¡Ya está bien que os dirijan la vida! ¡Seguid vuestro camino, el que elijáis, aun a riesgo de equivocaros! Parafraseando a Shakespeare podríamos decir que aunque nada resuelvan nuestros actos errados, la libertad de ejecutarlos alivia sin embargo el corazón.

La vida es libertad; de otro modo no merecería tal nombre; la vida sin libertad es vida de bestias, como recordó acertadamente Quevedo.

Vacilante junio de 2021

ESPAÑA CARCOMIDA

La heroica nación duerme la siesta mientras la carcoma socava los cimientos de la patria, si un tiempo fuertes ya desmoronados... Prefiero esta expresión -patria carcomida- como metáfora de la podredumbre que corrompe el cuerpo social y corroe sus siempre inseguros fundamentos hasta reducirlos a serrín. Otros hablan de ‘estado fallido’ o ‘España fracasada' o ‘cáncer de estado’, yo prefiero, digo, como metáfora, la carcoma. Cáncer de estado conlleva la estigmatización de la enfermedad y de quienes la padecen -lo apuntó certeramente en un ensayo Susan Sontag-, preferible evitar la expresión, si se puede; por otra parte, estado fallido o patria fracasada denotan, en mayor o menor grado,  un intento previo dotado de nobleza, buena intención y rectitud en la acción, que finalmente se ve truncada por cierto fatalismo. Carcoma, pues. Y esa carcoma se llama partitocracia, o control absoluto de todas las instituciones del Estado por parte de la oligarquía partidista.

Del mismo modo en que las larvas del insecto devoran en la oscuridad las entrañas de la madera convirtiéndola en serrín, así la partitocrática carcoma realiza su demoledora labor, opacamente, disimuladamente pero contumazmente, royendo insidiosamente y sin descanso las páginas del libro de la Constitución, dejándonos, en su lugar, como la carcoma, sus detritus;  que, en el colmo de la desfachatez y el cinismo, pretenden, además, hacernos creer que es el maná redentor.

Las especies de carcoma que corroen los cimientos de la vieja España tienen nombre: se llaman Partido Socialista, Partido Nacionalista Vasco, Esquerra republicana de Cataluña, BILDU, Partido Comunista (sea cual sea la careta que coyunturalmente use para su propósito: IU, Podemos, etc…), JxC, y, en menor medida, Partido Popular, cómplice oportunista cuando ha convenido a sus intereses de partido.

No nos engañemos, aquí no hay democracia, o, mejor dicho, si la hay, lo es en el sentido que le otorgaba Aristóteles: o sea, como corrupción del gobierno de la mayoría, que él llamaba politeía o república. No existe separación de poderes donde el Poder Legislativo está sometido sin disimulo al Gobierno, a un Gobierno, por cierto, de mentirosos; ni donde ese mismo Gobierno es el que designa –directa o indirectamente- a las altas magistraturas de la judicatura y a los miembros del órgano supremo que representa el Poder Judicial y se permite, además, ‘contrapesar’ –por usar la misma expresión usada por la vicepresidenta de ese Gobierno- las decisiones de los tribunales. No existe estado derecho sino inseguridad jurídica y arbitrariedad y desigualdad y privilegios de casta. En definitiva, estamos sumidos mansamente en un embeleco o en una ensoñación, que insistimos en llamar erróneamente democracia.

Parafraseando a Job, podríamos afirmar que un árbol tiene esperanza, pero esta adormilada sociedad…se gastarán los cielos y no despertará de su sueño.

La Nación española tiene los días contados, si esta corrosiva plaga no es exterminada de raíz.

 Vacilante junio de 2021 

LA SOLEDAD DEL PATIO

 

E tés corazóns que sufren
longas ausencias mortás…

 


 

No recuerdo con certeza quién me ha enviado la foto. La contemplo absorto y extasiado y siento como me abduce hacia su interior: Atravieso el tenebroso y fresco zaguán de rugosas lozas de oscuro mármol rojo, basto y sin pulir, picado de viruela como el rostro de la luna sangrienta. Mármol plebeyo al cabo, que pudo ser en otro tiempo columna de la Mezquita de Córdoba, pero que el hado que rige la suerte de las cosas rebajó a humilde pavimento de una humilde morada egabrense. Subo el ancho escalón, más descansillo que peldaño, que salva el desnivel con el patio, y que con sus lozas ajedrezadas en blanco y negro amonesta a quien lo pisa con su particular memento mori: recuerda que no eres más que una figurilla atrapada en este tablero de negras noches y de blancos días que es la vida.

Cruzo el umbral, flanqueado por dos puertas gemelas de madera y cristal, uniformes e inmóviles, como dos centinelas ante su garita; me ciega la explosión de luz y de colores y de sombras que en armónica mixtura se despliega ante mis ojos y siento entonces que traspasara una puerta astral que da acceso a otra dimensión y a otro tiempo.

La boquilla de la fuente de piedra, emerge sin soberbia entre el rebaño floral de las macetas, como si estuviese, cual ellas, plantada y florecida, y su chorro cantarín y charlatán me reprende nostálgico: ¿Dónde estabas? ¿Por qué no vienes ya a sentarte en la concha, como hacían tus hermanas y tus primas? Aquí ya no viene nadie. La soledad nos consume. Ni siquiera viene ya por navidad el pavo sin cabeza a manchar de sangre las paredes blancas. Nadie de noche ya a ver la tele con las salamanquesas, como en el Jardín Cinema; y a discutir con el locutor del telediario y con Franco. Solo silencio ahora. El fresco de la noche triste porque ya no puede acariciar las mecedoras verdes, y el ciclópeo limonero quejándose al tejado y a los gatos del vecino: ¿Quién cogerá ahora mis limones más altos? Y las flores de las macetas llorando pétalos de sangre y lamentándose: Toda esta belleza se marchitará, Nati, si no nos riegan con sonrisas y romanzas de doña Francisquita, ahora sólo nos echan agua.

Oigo afligido el lamento de las cosas que fueron familiares y pienso en lo dolorosa y grave que es la ausencia, tanta ausencia acumulada, que acaba convirtiendo en oscura sombra lo que fue luz y belleza. Tanta ausencia…

 

Confuso mayo de 2021

FILÍPICA CONTRA LOS JUANMAS

 Leo en los medios que la Junta de Andalucía del cambio ha dejado sin empleo al médico Jesús Candel, alias Spiriman. Los gerifaltes junteros niegan que se trate de un despido, sino que –afirman cínicamente- el nuevo cáncer que  aqueja a Candel –tras haber superado recientemente otro- le incapacita funcionalmente para ejercer como médico de familia y de urgencias. Acabáramos. Por supuesto, el cáncer incapacita; más si es grave y recurrente. Lo que sucede es que cuando un empleado público –como cualquier otro trabajador- se ve incapacitado para el desempeño de su labor lo que la ley determina no es, precisamente, su despido. De modo que esto huele a represalia; que digo, apesta a represalia y venganza.

De todos es sabido que Spiriman  es un conocido activista en el área sanitaria. Con su asociación Justicia por la sanidad comenzó plantando cara al régimen socialista andaluz y no se ha plegado después ni a los halagos ni a las prebendas ni a los cargos, y mucho menos a las amenazas, con que los nuevos déspotas lo tentaron y amonestaron para silenciarlo. Desplantes que jamás tolera la soberbia de los poderosos. La historia está plagada de abyectos ejemplos.

Cuenta Plutarco que Marco Antonio, en cuanto tuvo poder para ello, mandó asesinar a Cicerón, tras haberlo incluido en la lista negra de proscritos. Detalla Plutarco que cortaron al cadáver la cabeza con la que pronunció las Filípicas y las manos con las que las escribió y que fueron expuestas en la tribuna de oradores, cruel manifestación de la soberbia de su poderoso enemigo.

Salvando las distancias, esta cruel y despiadada venganza que se perpetra contra Jesús Candel, iguala a aquel despótico triunvirato romano con este más moderno y suigéneris andaluz; y a sus protagonistas: el brutal y sanguinario Marco Antonio con el cobarde y desalmado Moreno Bonilla; y a sus cómplices de gobierno, de aquellos y estos tiempos,  consentidores insensibles y silentes.

Verdaderamente, la degradación moral de este gobierno de los Juanmas alcanza cotas que jamás imaginamos, aun sospechando de antemano que las promesas regeneradoras con que embaucaron al lectorado eran sólo embeleco y cuento.

Juanmamó, como Marco Antonio, ha traicionado el discurso regenerador con que llegó al poder y, como él también, una vez instalado en el trono no ha tardado en manifestar su naturaleza soberbia y despótica. Este es sólo otro ejemplo más.

La historia es terca y se repite porque no escarmentamos. Quevedo nos advertía: Calaveras son que nos amonestan los asirios, los griegos y los romanos: más nos convienen los cadáveres de sus monarquías por escarmiento que por imitación…”, pero no aprendemos.

De déspota en déspota, parece que estemos condenados irremediablemente al yugo. Lo cual hace a mis ojos más estimable al personaje. Porque se puede estar o no de acuerdo con sus planteamientos, pero lo que yo desde luego considero digno de admiración, reconocimiento y respeto, en un país de mansos bueyes con querencia al yugo, como es este nuestro, es la virtud de la rebeldía, en toda causa que se reivindique y defienda civilizadamente y sin violencia; como es, justamente, el caso de Spiriman. ¡Ánimo, Jesús!


Confuso mayo de 2021

EL GENOMA FUNCIONARIAL

 

Un inoportuno guasap viene a interrumpir mi conversación con los difuntos y a perturbar la paz de este desierto jubiloso en que me hallo, va ya para tres años, si se me permite parafrasear los bellos metafóricos versos de Quevedo.

Así, andando felizmente desentendido y despreocupado (ignorante e ignorado) de los asuntos funcionariales, que durante cuarenta años me ocuparon y preocuparon, un impertinente video guasapeado por un amigo me desasosiega y exaspera. Se trata de un video de una serie realizada por la Junta de Andalucía para la presentación –llamémosla benévolamente así, en lugar de propaganda- del proyecto de nueva ley de Función Pública; en el fragmento que me remiten, habla la secretaria general para la administración pública, cuyo nombre afortunadamente desconozco. La señora, de mediana edad, discursea peripatética sobre el escenario, pisando las tablas con firmeza y afán; podría decirse que pisa con garbo. Una puesta en escena muy de nuestro tiempo, muy moderna digo. Otra cosa es el discurso. El discurso es superhipermegaultramoderno; o sea, más allá de la modernidad, futurista. Del futuro que nos anunció Philip K. Dick en Minority Report. Inquietante. Habla del genoma del funcionario. Sí, como lo oyen, el genoma. Que, deduzco de sus palabras, viene a ser una especie de currículum profundo y oculto, que ni siquiera el propio funcionario conoce poseer; y el conjunto de estos genomas funcionariales se almacenará en una base de datos encubierta, una especie de Registro General de Personal subrepticio; vamos, un Registro en B (qué querencia esta del PP). Con orgullo y sin pudor, confiesa públicamente sus planes: crearan un perfil del funcionario construido y moldeado sobre la información obtenida de su actividad y opiniones en las redes sociales y en instrumentos similares. De ese modo, afirma, tendremos, además de su currículum, lo que de verdad le interesa y sabe hacer el funcionario. Su genoma.

A la postre tendré que agradecer a esta collera multicolor que nos gobierna –cónsul azul y cónsul naranja-  haber descubierto en mí algo que yo mismo ni siquiera de nombre conocía;  aunque, como dice el refranero, a burro muerto cebada al rabo. Sin embargo, este trascendente descubrimiento hará inmortal el legado funcionarial de las futuras generaciones de burócratas, gracias al reservorio de nucleótidos funcionariales. Gracias, Juanmamó; gracias, Juanmarín.

Pero bromas aparte, creo que hago mal frivolizando el asunto. La cuestión trasciende el ámbito funcionarial; esta no es sino una muestra más, otro nuevo síntoma de la podredumbre que aqueja a esta partitocracia nuestra. Resulta turbador constatar como la casta política de uno y otro signo, sin excepción, adolece pertinazmente de pulsiones totalitarias y como los destinatarios de sus despóticas ocurrencias las aceptan mansamente sin manifestar, no digo rebeldía, sino el menor síntoma de desaprobación, crítica o reproche. Ahí están sus votos, como prueba de lo que afirmo.

Son malos tiempos estos para la libertad. Los que mandan han descubierto que no nos importa, que no la amamos, que nos resulta indiferente, y no han dudado, incontinenti, en desposeernos de ella. La libertad, digo. Y, del mismo modo en que la irresponsabilidad de la juventud se ve coronada a menudo por el éxito, así sucede hoy con el despotismo de los que nos gobiernan. Malos tiempos, pues, me digo; y rememoro las palabras de Marco Bruto: Perder la libertad es de bestias; dejar que nos la quiten, de cobardes. Quien por vivir queda esclavo, no sabe que la esclavitud no merece nombre de vida… Pues, no nos engañemos, de eso va la cosa con este neototalitarismo del siglo XXI que padecemos.

Quevedo, que vio y sufrió, como ahora nosotros, la declinación de la Patria, tuvo al menos el coraje de rebelarse. Algo deberíamos aprender de su ejemplo.

Trunco abril de 2021

Cs, YA LO ADVERTÍ

 Sé que está mal, se mire por donde se mire, citarse uno a sí mismo y, peor aún, regodearse con los percances ajenos. Lo digo porque no puedo evitar, en estos días en que la actualidad política está marcada en buena medida por el partido Ciudadanos, presumir de que, al menos en estas ocho ocasiones que recuerdo, ya advertí de la naturaleza indecorosa del citado partido y de algunos de sus más significados dirigentes. Como no puedo añadir nada nuevo a lo que ya dije, ahí van, pues -por si alguien no las leyó o desea recordarlas-, las palabras que, a despecho de la sibila de Cumas, dejé firmemente plasmadas en este blog.


Año 2016:

Quien no te conozca que te vote

El régimen inmovilista

Año 2017:

Psoe y Ciudadanos, las dos caras de un fraude

Año 2018:

Quien no te conozca que te vote (2)

Que nada cambie, ¿para qué?

Año 2019:

La esperanza transformada en recelo

Cuidado con Cs

Año 2020:

De poliédricos y políglotas


Desfigurado marzo de 2021



EL BESO

 Ahora que se acerca el día de San Valentín, abogado y protector de los desdichados amadores alistados en la milicia de Cupido (pájaro implume, ciego y tiránico, al decir de mi paisano don Luis) es preceptivo para los monaguillos de esta cofradía de blogueros escribir acerca del amor, so pena de incurrir en heterodoxia, gravísima herejía en estos tiempos en los que todos hemos de pensar y actuar conforme al dogma y balar sin desafinar.

Creo, pues, que cumplo y me atengo al uso si convierto la presente pieza en panegírico del beso, manifestación aparente y presunta, incluso antonomásica, del amor. Y, ya que no hablaré de mis vivencias sobre el asunto pues a mi edad provecta resultaría ridículo, he pensado que lo mejor sería rendir un modesto homenaje a un gran besador. Y, de paso, desagraviar al homenajeado por los numerosos vilipendios vertidos sobre él en estas páginas y, si es posible, caerle en gracia, si no a él directamente, a su empoderada señora o, al menos, a sus muchos admiradores, alguno de los cuales –me consta- lectores de este blog. Y también – ¿por qué no?- porque no hay nada más gratificante para el espíritu -y puede que para lo material- que darle coba a los poderosos.

Estoy convencido de que, a estas alturas, el lector desocupado y perspicaz ya sabe de quién hablo. En efecto, me refiero a nuestro ínclito vicepresidente don Pablo Iglesias, conocido entre el vulgo por el Coletas o el Moñas.

La hemeroteca está rebosante de testimonios de este gran besador. Incluso, tomando como fuente el poderoso motor de búsqueda de Google, podríamos afirmar que el Coletas es, si no el más grande, uno de los más grandes osculadores de la historia. Así, por ejemplo, si introducimos como término de búsqueda los besos de nuestro galán, Google arroja casi un millón y medio de ocurrencias; en tanto que si los buscados son, por tomar como ejemplo bellos adonis de la gran pantalla, Robert de Niro –de quién Sharon Stone afirmaba que era el mejor besador de Hollywood-, Cary Grant, Gary Cooper o Leonardo Dicaprio, los resultados no llegan siquiera a los novecientos mil en el mejor de los casos. Y es que parece que la naturaleza dotó a Pablo para el beso: esa peculiar curvatura de la parte superior de la columna (los envidiosos la llaman chepa) le permite un acoplamiento perfecto con su pareja en la práctica del llamado beso de tornillo. A ver quién dice que no, todos hemos visto cómo besaba a Tania o a Irene. ¡Qué pose! ¡Qué gallardía! ¡Cuánto oficio!... y qué envidia.

Sin embargo, pecaría de frívolo si centrara mi atención y mi homenaje en estas banalidades de índole carnal. Tratándose de un ser tan ideologizado y doctrinario, de un comunista tan responsable y ortodoxo –y tan coherente, a su vida me remito-, lo que le enaltece a mis ojos no son, pues, esos besos lúbricos sino sus ósculos ideológicos y dogmáticos. Me refiero a los que –destacando sobre otros muchos- estampó en los hocicos de su otrora camarada del alma, Íñigo Milhouse, y en los de su molt honorable virrey catalán Xavier Doménech, sellando con los húmedos labios el compromiso federalista. 

Fuente: Google

Se evidencia, sin el menor resquicio para la duda, que es comunista hasta la médula; y que ha seguido al pie de la letra el manual marxista de Leónidas Brezhnev y Erich Honecker sobre el beso político, cuyos más remotos antecedentes se remontan a Judas. ¡Qué acoplamiento al canon! ¡Qué maestría! ¡Qué perfección! Este Pablo sí que es verdaderamente doctor, en besos. Con razón dicen de él que tiene un pico de oro.




Apolíneo vicepresidente, creo expresar el deseo popular si te pido que tu próximo beso sea en los morros del mismísimo Pedro el Bonito. ¡Qué estampa para la historia! No digo ahora, sino cuando tengáis un poco más de confianza, pongamos que dentro de 15 o 20 años, pues estoy seguro que seguiréis ahí, en todo lo alto. De momento nos conformaríamos con que, para honrar a San Valentín, lo hicieras con doña Rogelia de Cabra; mostraría una imagen cohesionada del Gobierno y, además del fuerte valor simbólico, Irene se encendería de celos. Anda, porfa…

Fragoso febrero de 2021

UN MUNDO FELIZ

 Anda eufórica la plutocracia que domina el mundo con sus gobiernos títeres. Los Gates, Soros, Brezos, etc., coinciden con el capicomunismo chino (paradojas de la dialéctica hegeliana, que Marx no alcanzó a ver) en su afán de hacernos felices. Es conmovedor oír a Xi Jinping hablar en Davos de amor a la libertad y respeto al medioambiente. Seguro que nuestro noble vicepresidente de la agenda 2030 soltó algunas lágrimas al oírlo.

Dicen ahora que no es necesario esperar al 2030 para ello; consideran que la pandemia ha acreditado la sumisión del rebaño y su predisposición al yugo, que ha disipado las reticencias y ha doblegado la rebeldía que hubiese  -perdón, quise decir preparados para la felicidad-.

La pandemia causada por la Covid-19 que, según el biólogo francés Luc Montagnier, Nobel de Medicina por sus descubrimientos sobre el virus del sida, es una fabricación humana procedente del laboratorio de Wuhan, es decir, del laboratorio del filántropo Xi Jinping -¡oh, casualidad!- y que otro filántropo, Bill Gates, vaticinó en 2017 -¡oh, casualidad!-, la pandemia, digo, les ha venido como agua de mayo para sus propósitos socialglobalistas. Lo han dicho ellos, no yo.

A qué esperar, pues, al 2030. Este es el momento, han dicho, para quebrar los valores occidentales. El momento para salvar al planeta de nosotros mismos y despojarnos de la propiedad y la libertad y hacernos  felices. Su lema “No tendrás nada y serás feliz” parece sacado de una de esas horripilantes distopías de Orwell o Huxley o Dick. Aunque ya hubiesen querido éstos encontrar un lema así de categórico para sus distópicas sociedades.

De nuevo la felicidad como leitmotiv del totalitarismo. El paraíso prometido, de nuevo. No se ha apagado aún el estruendo de los cascotes del muro en su caída, y ya tenemos aquí a los filántropos del siglo xxi prometiéndonos –imponiéndonos- un mundo feliz. La felicidad, otra vez. La nuestra. Ellos, los filántropos, no la disfrutarán. Su papel se limita a aportar talento y amor al prójimo, nunca sus negocios, cada vez más prósperos. Más prósperos mientras peor nos vaya al común. En eso se parecen estos filántropos al rico del Evangelio de San Mateo. Lo de dar sus riquezas a los pobres es otro cantar.

Nos darán un carnet de ciudadanía, como en China. Impondrán la Verdad Suprema y el Pensamiento Único. Nos dirán lo que debemos pensar y sentir y decir. Eso lo llevan ya muy adelantado, sin ir más lejos ya han criminalizado  el pensamiento y los sentimientos –y hasta la ciencia- con su estólido y oportunista delito de odio. Nada nos podrá ya parecer odioso –salvo ser de derechas-, so pena de incurrir en herejía. La libertad de expresión está ya herida de muerte; hasta el mismísimo presidente de los EE.UU ha padecido la censura del sanedrín globalista. Para salvar el planeta y hacernos felices nos dirán qué debemos comer, a dónde podemos ir y cómo. Por ahora, nos dejan comer lo que podamos e ir a ningún sitio. En los próximos años, la dieta será más estricta. Nada de carne ni cultivos transgénicos (la ingeniería genética sólo será admisible en el mundo animal –humanos incluidos-, todos sabemos que la ingeniería genética en el orden vegetal es un crimen). Viajaremos en tren. Han dicho: Las clases medias viajarán en tren litera (los pobres viajarán en bicicleta o, mejor, no viajarán, deduzco), porque el avión es muy contaminante. Lo han dicho ellos que se han ido a Suiza desde todos los confines del mundo no sólo en avión, sino en sus propios aviones particulares (por cierto, ninguna crítica he oído de nuestro vicepresidente, el coletas 2030, sobre los innumerables viajes contaminantes del presidente falconeti en su falcón).

Parece que a nadie indigna ni rebela, salvo a una honrosa minoría, ese plan de vida que ya han decretado otros para nosotros. Tenía razón Etienne de la Boétie cuando afirmaba en su Servidumbre Voluntaria que no queremos ser libres. También Nietzsche cuando sostenía que nos puede la calidez y el hedor del establo.

¡Ay la filantropía de los plutócratas! Mejor sería que nos abandonaran a nuestra suerte y nos dejaran padecer nuestras miserias y desdichas por nosotros mismos, como humanos.

Fragoso febrero de 2021

4. EPIGRAMAS, RECUERDOS, SUEÑOS Y OTRAS DIVAGACIONES

Dice el Eclesiastés que lo que fue será, que nada nuevo hay bajo el sol. Tantas veces lo he comprobado que ya no me sorprende leer en una novela de Pío Baroja (Las figuras de cera) que un tal Echenique tenía por apodo ‘Malhombre’.

Incierto enero de 2021


3. EPIGRAMAS, RECUERDOS, SUEÑOS Y OTRAS DIVAGACIONES

 En cierta ocasión, hace décadas de ello, mis obligaciones funcionariales me llevaron a una reunión en la Universidad de Córdoba. Concluido el trabajo, el Rector quiso agasajar a los asistentes invitándolos a comer. Eligió para ello el Círculo de la Amistad –hoy Real Círculo de la Amistad, por concesión graciosa del rey Juan Carlos I-, institución augusta en la ciudad, elección que, además de honrar a quien invitaba, ofrecía la ventaja de estar justo al lado de la sede rectoral, lugar de la reunión. El menú consistía en unos entrantes y, como no podía ser de otro modo en Córdoba, como plato principal rabo de toro. Los comensales frisábamos la docena, como en la santa cena. Pues bien, fuese porque estas cosas suelen ocurrir hasta en los sitios más reputados, fuese porque el camarero estaba distraído pensando en las musarañas o en los encantos de la peripuesta funcionaria que se sentaba a mi lado, lo cierto es que olvidó servirle a ésta su plato. Ante tal descuido, estando ya todos servidos, la guapa reclamó impaciente lo suyo. El camarero, más que obsequioso empalagoso y nada afectado por su desidia, le respondió sonriente: No se preocupe, señorita, que ahora le pongo yo a usted el rabo.

No quiero ni imaginar que le hubiese pasado hoy al desinhibido camarero.

 

Incierto enero de 2021

El Gobierno se mira el ombligo

 

Leo en los papeles que el Gobierno ha decidido contratar a una maquilladora (En neolengua: servicios especializados de imagen necesarios para las comparecencias y actos públicos) para que Pedro el Fatuo y doña Rogelia de Cabra salgan guapos en Telemoncloa y en todo su orbe planetario.

El día que el covid-19 arrebata la vida a 201 compatriotas y hiere con su desenfrenada zarpa a más de 35.000, la principal preocupación de este desentendido Gobierno radica en su propia imagen. Es decir, que quien sea la imagen del Gobierno ofrezca una correcta imagen. La imagen de la imagen, pues, su desvelo y afán. La imagen al cuadrado.

En estos días en que el país sufre una grandísima crisis climatológica, que agrava aún más la crisis sanitaria y económica en que estamos inmersos; en estos días en que la desproporcionada subida de la tarifa eléctrica hará aún más gravosa la ‘cuesta de enero’ a millones de hogares; en estos días, que sufrimos la privación de libertades, al borde de nuevo de un confinamiento local o algo aún peor; en estos días, digo, al Gobierno lo que le preocupa es que el personal lo vea bien maqueado. Espejito, espejito, ¿hay alguien más guapo que yo?

Sólo nos faltaba esto en el Gobierno: además de mentirosos, vanidosos. Bochornoso espectáculo narcisista.

Incierto enero de 2021

FILANTROPÍA POR DECRETO

 

La filantropía institucionalizada y la intromisión del estado en la esfera de las relaciones privadas entre los individuos ha extirpado de cuajo la caridad (auxilio que se presta a los necesitados) y la solidaridad. Hoy día, éstas se practican fundamentalmente a través de las denominadas ONGs; que, paradójicamente, contra lo que definen sus siglas (organizaciones no gubernamentales), no dejan de ser en esencia organizaciones gubernamentales, pues sus recursos provienen, si no en su totalidad sí en su mayor parte, de los presupuestos públicos. Siendo eso así, nada de solidario o caritativo hay en quien subviene obligado, ya que nadie paga impuestos si no es mediante la coacción legal. Si a ello añadimos que una parte muy considerable de los fondos que reciben tales organizaciones no se destina a los fines que las justifican sino al mantenimiento de sus propias estructuras burocráticas, el invento parece muy cuestionable.

Por otra parte, en la inmensa mayoría de estas organizaciones, el elemento humano –desde sus directivos (que han encontrado en el negocio de la solidaridad una fastuosa forma de vida) hasta el último de sus empleados- son mercenarios (DRAE: Persona que desempeña por otra un empleo o servicio por el salario que le da), no ofrecen gratuitamente su tiempo y sus capacidades por una causa o un propósito, no son en modo alguno personas altruistas, como sí ocurría en otros tiempos que yo he conocido. Hoy, de existir algo así, sería algo raro y extraordinario; sólo conozco el caso del banco de alimentos, que sobrevivió milagrosamente al intento ‘estatalizador’ del gobierno socialcomunista de Andalucía.

No pretendo decir con esto, ni mucho menos, que el estado no deba proveer lo necesario y conveniente a quienes padezcan la adversidad, el infortunio o la calamidad. De hecho, lo lleva a cabo a través de las políticas de protección social, que tienen su sustento en la fiscalidad. De modo que los desafortunados, en tanto que ciudadanos, adquieren en tales circunstancias adversas la condición de sujetos de derechos respecto al estado. Nada que ver, por tanto, con la solidaridad y la caridad, que tienen su origen en la predisposición virtuosa de las personas y no en las leyes.

La confusión entre ambos conceptos es cosa frecuente hoy; y no es raro, por tanto, que exijamos como derecho aquello que el otro no soporta como obligación sino como liberalidad.

Sirva este exordio para dar paso al relato de algo de lo que fui testigo en cierta ocasión; o, inversamente, sirva el relato de la anécdota para ilustrar lo expuesto anteriormente: Cerca de la catedral de Lugo un pedigüeño, entrante en la madurez pues no tendría siquiera cuarenta años, se dirigió a un sacerdote casi anciano pidiéndole una limosna para comer. El sacerdote le indicó que si lo que necesitaba era comida acudiese al comedor social de Cáritas. El mendigo le espetó alterado en tono altanero: “¡Oiga! que el comedor social lo pagamos todos, ¡eh!,” así, tal cual, en plural: ‘lo pagamos’. No obstante, el clérigo le dio un euro, y tal gesto de humildad y generosidad no hizo sino irritar aún más al sablista, que continuó en mitad de la calle, enardecido y chulesco, su diatriba contra quien lo socorría y su sermón progre sobre sus derechos y las correlativas obligaciones de los demás, aprendido probablemente en las tertulias de Telecinco o la Secta. Al poco rato volvimos a encontrarlo, en una de esas bellas calles porticadas, en la puerta de un bar tomando una birra con un colega y liando un cigarrillo, puede que un porro.

Me acordé del gangoso y ciceroniano pirata negro de los cómics de Asterix, incapacitado para pronunciar la erre, y dije como él, para mis adentros: ¡Oh tempo’a, oh mo’es!

Incierto enero de 2021