EL RÉGIMEN CONTRA SPIRIMAN

El régimen despótico que gobierna esta Andalucía mansa ha desatado una feroz persecución contra el doctor Jesús Candel, alias Spiriman. No tolera el Régimen la menor disidencia y, mucho menos, que se desacrediten sus mentiras, se airee su corrupción en los medios y se incite a la gente a la protesta callejera. ¡Hasta ahí podíamos llegar!
Quienes nos hemos atrevido a hacerle frente sabemos en carne propia cómo las gasta. Y aunque, ciertamente, en un régimen totalitario como éste nada ni nadie queda fuera del alcance de sus tentáculos, su reacción es mucho más terrible y despiadada cuando la amenaza viene desde dentro, es decir, de aquellos que conocen bien sus entrañas.
Por tal motivo el Régimen ha puesto precio a la cabeza de Spiriman. Ha clavado el Wanted –vivo o muerto- en las cabeceras de sus medios afines –que son numerosos- del mismo modo en que Lutero clavó sus 95 tesis en las puertas de la Iglesia de Wittemberg. Ha abierto de par en par las perreras del Palacio de San Telmo, dando suelta a la feroz y babeante jauría. Objetivo: la aniquilación civil del señalado; su estigmatización como persona y su desacreditación pública como profesional. Una persecución de manual. De manual nazi-mafioso.
Resulta indignante y paradójicamente hilarante contemplar cómo desde la Junta se mueven los hilos de este retablillo. Qué ridículo espectáculo el de estas marionetas del Régimen dando cachiporrazos a diestro y siniestro.
Lo acusan estos esbirros –y esbirras, conforme a su lenguaje y sus dogmas- de machismo y violencia verbal.
Recuerdo los primeros años de la democracia, cuando en los mítines del Psoe la clientela enfervorizada jaleaba a Alfonso Guerra: “Arfonso dáles caña” y éste –con menos gracia que mala leche- repartía insultos a troche y moche para satisfacción y regodeo del público. Arfonso fue un adelantado del género, un precursor. Ahí quedan ese “tahúr del Mississippi” con que motejó al entonces presidente del Gobierno, o “Monja Alferéz” con el que zahirió a una de las ministras de Aznar. Destacados dirigentes del régimen andaluz han seguido su estela, por no decir todos. Sólo a título de ejemplo, ahí tenemos al que fuera jefe del clan socialista de Alcalá de los Gazules -¡¡¡consejero de Justicia!!!- que llamó a Javier Arenas “matón de discoteca”; o al actual portacoz socialista y miembro de la ejecutiva federal del Psoe Marito Jiménez que insultó a todos los funcionarios andaluces, tildándolos de fascistas por oponerse a la famosa ley del enchufismo. Y qué decir del inefable y lenguaraz Emilio de Llera y sus insultos-amenazas machistas a la ebúrnea Alaya, o de aquél butanero que fue vicepresidente de la Junta que se refería a una alta carga como “la de las tetas gordas”. En fin, sólo hay que tener un poco de memoria.
¿A qué, pues, este rasgarse ahora las vestiduras? Sería gracioso este derroche de hipocresía y cinismo si no diera ganas de vomitar. ¿Dónde estaban entonces estas- y estos- almas sensibles que tanto sufren con el machismo de Spiriman y se acongojan con los insultos que les dedica a sus gerifaltes -y gerifaltas-? ¿Dónde estaban esas Comisiones de Igualdad cuando los sindicalistas del pesebre –CC.OO y UGT- acosaban a la ebúrnea diosa de la Justicia en las mismísimas puertas de su juzgado, o cuando Arfonso insinuaba que ésta tenía un affaire con cierto alto cargo del PP, hoy ministro?
Vaya por delante que prefiero sin lugar a dudas la socarronería, la ironía elegante, la caricatura refinada, la metáfora ácida o cualquier otra forma inteligente de crítica antes que la vulgaridad y ordinariez del insulto soez. Sin embargo, comprendo que ante una situación de hostigamiento  implacable, de opresión inclemente, de injusticia despiadada, quien la sufre pueda cometer algún exceso en su desahogo. Y, aunque preferiría que la verdad fuese acompañada de la belleza poética, en cualquier caso, si hubiese que contraponer en la balanza la verdad frente a las buenas maneras, está claro que desearía que aquélla se impusiera; pues, como dijo el gran Machado, la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
¡¡¡Ánimo Spiriman, no estás solo!!!
Noviembre, 2017

NO ES MEDIANOCHE QUIEN QUIERE


No se alarme el lector, no he perdido la razón ni se trata de ningún error, sino de un verso de un poeta francés surrealista: René Char. N´est pas minuit qui veut, que da título a la novela de Lobo Antunes Nao è meia-noite quem quer. Después de cinco años de su publicación en Portugal, Random House la edita -¡¡¡por fin!!!- en España. Eso da idea, por cierto, de lo que aquí se edita y lee, en este país –y, especialmente, en esta ciudad, capital de Andalucía- de literatura de grandes almacenes, listas de best seller y ridículas ferias del libro. En fin, no es mi intención hablar de eso, ese es otro tema.
Lo que pretendo, además de compartir el inmenso placer que me ha proporcionado su lectura, es reivindicar a un genio. Lobo Antunes es un escritor sin igual, en el estricto sentido de la expresión. No hay otro como él y, si hubiese justicia, debería ser Nobel de Literatura. Su prosa laberíntica y coral tiene una inmensa fuerza poética y es, aun en lo truculento, de extraordinaria belleza. António Lobo es un cirujano de las profundidades del alma humana; más que cirujano, un forense de la oscura condición humana. Disecciona, pesa, mide, analiza y nos muestra crudamente las vísceras: esto somos, de esta materia estamos hechos.

No es medianoche quien quiere se mantiene en la línea de sus precedentes novelas. Lobo Antunes en estado puro y de gracia. Es, pues, un relato desgarrador. Polifónico, sinuoso, sobrecogedor y de una exquisita belleza poética, abundante de ironía y de humor, pese a lo trágico. Lobo Antunes nos pone un espejo delante y nos muestra la dolorosa inconsistencia de los afectos. Los ahogados que emergen, desengañados, de las profundidades. La conciencia penetrante e implacable que regurgita el horror que la memoria quiso olvidar. António remueve el limo existencial, agita las profundidades del alma y nos hace ver que somos, sobre todo, oscuridad, aguas turbulentas: turbias y agitadas. Gracias António.
                                                                                                                                                                            Agosto, 2017.

RATAS OKUPAS EN TORRETRIANA


Torretriana, comienza la jornada. El funcionario llega a la barrera de control, baja la ventanilla del coche y extiende el brazo fuera para acercar la tarjeta magnética al dispositivo de apertura de la valla. Súbitamente una rata salta a su muñeca y recorre incontinenti su desnudo brazo hasta el hombro, como un calambre, más rápida que el relámpago. Salen los vigilantes de la garita, ya alertados por precedentes tentativas -mas no suficientemente dispuestos, por lo que se ve-, en vano empeño de impedir la ocupación ya consumada del vehículo funcionarial. No es ficción. No invento nada, es la versión de la víctima.
Veo el suceso como alegoría de lo que estamos padeciendo.
En este país resulta rentable delinquir. La ocupación (la RAE pronto admitirá okupación, como ha admitido ya okupa. ¡Si Borges levantara la cabeza…! ¡Qué pena!) de viviendas se está convirtiendo en un serio problema. No debe olvidarse que el núcleo fundacional del Estado moderno reside en la protección de vida y hacienda, a cambio de lo cual el individuo cede libertad y se somete a la autoridad pública. Es verdad que desde esa simple posición el Estado evolucionó a Estado prestacional y, posteriormente, al actual estado de bienestar, hoy puro embeleco. No nos engañemos, el ciudadano medio –el que sostiene con el sacrificio de sus impuestos esta inmensa y absurda bacanal que es hoy día la res pública- no sólo no recibe del Estado nada que antes no haya pagado, sino que cuando demanda algún servicio ha de pagarlo doblemente: sanidad, educación, residencias de tercera edad, infraestructuras como las autopistas, aeropuertos, etc., etc.
Por tanto, si el Estado no garantiza lo que constituye su fin primordial ¿para qué queremos políticos –que son legión, en el sentido evangélico del término- y jueces y policías y fiscales y alguaciles y su puñetera madre? ¿A qué sirve este carísimo, mastodóntico e ineficaz aparato, este monstruoso leviatán, sino a justificar de modo tautológico su propia existencia y el sustento de los servidores que no sirven sino a sí mismos? La ciudadanía comienza a estar ya hasta las narices de tanto latrocinio e ineficacia.
Por otra parte, la rata okupa me lleva también a otra alegoría. Escribí no hace mucho sobre este tipo de ratas (ratas eminentes), no piensen que estas deseen abandonar el barco susánido. No, al menos no tan pronto. Lo que sucede es que los recortes –que nunca han existido en Andaluzuela; pero que, como las meigas, haberlos haylos y no cesan- han dejado a muchas de estas eminentes ratas sin su coche oficial. Así las cosas, las más dispuestas se están procurando la forma de viajar como polizones a su confortable destino playero en los coches de los funcionarios arrodrigados, o sea, aquellos a los que la señora no les da carta de libertad para quedarse en Sevilla, cuasirodriguez.
En fin, lo que hay que ver por culpa de los recortes. ¡A lo que hemos llegado por culpa de Rajoy! ¡¡¡Porco governo!!!

Agosto, 2017

CUATRO CONVERSACIONES PARA UNA SONRISA


 1. Comencemos por la que sostienen los dos sicarios del gánster Marsellus Wallace –Vincent y Jules- en Pulp Fiction, yendo camino del “trabajo”:
- Jules: ¿Recuerdas a Antwan Rockamora? Medio negro, medio samoano, al que solían llaman Tony Rocky Horror.
 - Vincent: Sí, quizá. ¿Un tipo gordo?
- Jules: Yo no llegaría a llamar gordo a ese hermano. Tiene un problema de peso. ¿Qué le va a hacer ese moreno? Es un samoano.


2. Esta de la película de John Ford Pasión de los fuertes, que Sabina homenajeó o plagió, vaya usted a saber, –me refiero a la conversación- en su canción El café de Nicanor.
Hay una secuencia en la que el celebérrimo sheriff Wyatt Earp (Henry Fonda), acodado en la barra del bar habla con Mac, el barman (J. Farrell McDonald):
- Wyatt: “Mac, ¿nunca has estado enamorado?”
y éste, adusto, sin dejar de secar los vasos recién fregados, le responde:
- “No señor, he sido camarero toda mi vida.”





3. Esta, de la película de J.L. Saenz de Heredia A mí no me mire usted.
Anselmo, el desdichado maestro de escuela, habla con el alguacil del pueblo tratando de sonsacarle información sobre un forastero:

- El maestro: ¿Es arquitecto?
- El alguacil: No señor, de mi estatura.




4. Por último, esta, real como la vida misma, sucedida en la taberna de Pica Lagartos; estaban, como en tantas otras ocasiones, compartiendo botella y charla con Max, sus compadres de fatigas el empleado del fielato, el guindilla y el plumilla, éste lo contó.
- El del fielato: ¿Y sabéis que la lechuga es anafrodisiaca?
- El guindilla: ¿Anaqué?
- El del fielato: ¡¡A-NA-FRO-DI-SIA-CA!!
-El guindilla: Ahhhh, por el culo ¿no?
Agosto, 2017

EL AUTO DEL AUTOBÚS

A veces, pocas veces –y raramente aquí, en el podrido sur-, los jueces honran a la Justicia. Ha ocurrido ahora –no aquí, por supuesto-, con un auto de la Audiencia Provincial de Madrid que merece ser esculpido en mármol y colocado en el frontispicio de las facultades de Derecho.
Creo que pocos ciudadanos se sintieron ofendidos con la infame campaña totalitaria  promovida por el lobby LGTB y apoyada y ejecutada por todos –digo todos, sin excepción- los partidos del llamado arco parlamentario contra el famoso autobús de la organización Hazte Oír, que bajo el lema “los niños tienen pene, las niñas tienen vulva; que no te engañen” pretendía exponer a la sociedad su visión sobre el tema.
Tal hecho prueba que los dogmas que alimentan el pensamiento único –en especial el referido a la ideología de género- ya han calado tan profundamente en la mayoría de la sociedad, que los acepta acríticamente y que, incluso, los defiende con violencia frente a los discrepantes. ¡Ay de aquél que se atreva a ponerlos en cuestión! Los hechos demuestran lo que digo.
Estuvo claro que desde las Instituciones –que deben representar indiscriminadamente al conjunto de la ciudadanía- se ejecutó una vergonzosa campaña, cuyo único objeto consistió en censurar y criminalizar la libertad de expresión de aquellos pocos que se atrevieron a cuestionar públicamente el dogma de la ideología de género impuesto por el poder político.
La Audiencia de Madrid ha puesto freno a la censura y al hostigamiento que los políticos estaban perpetrando contra un grupo de ciudadanos. Lo ha hecho con valentía y, también, con la hermosura con que se revisten las palabras cuando están ennoblecidas por la recta razón y la justicia. Con letras de oro, esto han dicho:
Admitir la persecución de ideas que molestan a algunos o bastantes no es democrático, supone apoyar una visión sesgada del poder político como instrumento para imponer una filosofía que tiende a sustituir la antigua teocracia por una nueva ideocracia…”,
Y dice también la prensa (pues el Auto es casi clandestino y resulta prácticamente imposible acceder a su contenido completo) que la Audiencia Provincial de Madrid ha señalado el trato de favor que sin embargo recibió el llamado “Tramabús” de Podemos por parte de esos mismos políticos: “No deja de llamar la atención que el denominado “Tramabús”, autobús fletado por el partido político “Podemos”, hace unos meses, que circuló durante un tiempo y tuvo amplia cobertura informativa, llevaba, además de leyendas sobre la corrupción, las figuras perfectamente identificables, de políticos y algún periodista, que con independencia del juicio que cada uno pueda tener de ellos, tienen derecho a ver respetada su dignidad y presunción de inocencia, y sin embargo ninguna autoridad impidió su circulación“.

¡Loor y gloria a estos jueces, que honran a la Justicia!
Julio, 2017

EJEMPLO DE LACONISMO

ALCIBÍADES

Muestra Plutarco en la vida de Alcibíades un exquisito ejemplo de laconismo, que no he podido resistirme a trasladar a estas páginas.
Cuenta –siguiendo el relato de Jenofonte- que en una de las batallas de la guerra del Peloponeso, que enfrentó a Esparta contra Atenas, fue capturado un mensaje, escrito en dialecto laconio, en el cual los espartanos daban cuenta a sus éforos de la situación tras el combate:

Las naves están perdidas. Míndaro ha perecido. Los hombres tienen hambre. No sabemos qué hacer”.

¡¡¡Ahí es nada!!!
Julio, 2017

ME DUELE ESPAÑA

Habló aquél que se heredó a sí mismo. Habló el resucitado, no Pedro Snchz, sino Lázaro Estornudo, pues. Habló y –como no podía ser de otro modo- lo que soltó fue un flatus vocis, que inevitablemente nos trajo a la memoria la elaborada nadería del Bobo Solemne. España es una nación de naciones, dijo.
En pocos días hizo correr ríos de tinta. Pese a ello, no he conseguido leer –u oír- que algún periodista (y no digamos ya un tertuliano, epígonos de la especie que -bajo la denominación de charlatanes- ya alumbraba el siglo de las luces. Samaniego los definía:
“…pues el vulgo, pendiente de sus labios,
Más quiere a un charlatán que a veinte sabios.
Por esa conveniencia,
los hay al día de hoy en toda ciencia
que ocupan, igualmente acreditados,
cátedras, academias y tablados.”)
haya metido el dedo en la llaga y haya preguntado -o se haya preguntado-: Pero, Lázaro, ¿de qué naciones habla usted? ¿Podría citar, sin evasivas, sus nombres? ¿Podría decir, al menos, si todos los territorios que componen la Nación española forman parte, a su vez, de esas otras naciones; o si, por el contrario, hay territorios huérfanos que sólo pertenecen a una nación? Y, si es así, ¿cuáles son esos desdichados pueblos huérfanos? ¡Dígalos, atrévase! Conteste: ¿es Ceuta una nación? ¿Y La Rioja? ¿Y Extremadura? ¿Y Murcia?
Y, díganos también, ya que se trata de recuperar la soberanía perdida, ¿en qué momento histórico esas naciones a las que usted se refiere se constituyeron soberanas y cuándo perdieron su soberanía? Y así, por el estilo.
Nada parecido he oído o leído. Nadie lo ha preguntado y, él, el Resucitado, tampoco lo ha aclarado.
¡Faltaría más!, pues de lo que se trata es de engañar a la plebe. A unos con el mensaje: “reconozco vuestra singularidad, os reconozco nación”. A los otros, con lo contrario: “no os preocupéis, aquí todos somos iguales”.
De modo que cómo va a hablar claro. ¡Pero si es socialista, quiero decir, político! O sea, embaucador, embustero y cínico; que afirma una cosa aquí y la contraria allá.
Claro que el cuarto poder –tan apesebrado y sometido como los otros dos al único real, que es el ejecutivo partitocrático- ni bala ni rebuzna ni cocea. Mansamente, disimula y calla. Y está a verlas venir, en pose egipciaca; o sea, atento a recibir, ya sea de la derecha o de la izquierda.
Da pena este país, donde pronto –vamos en camino- no habrá sitio para los que no queremos marcar el paso al son del tambor. Para los que nos negamos a tragarnos la hostia de los sacrosantos dogmas de la izquierda más estúpida y sectaria. Sé de lo que hablo, pues mamé ese veneno, que la madurez me hizo vomitar, tarde. Este país está cada vez más cerca de hacer realidad esas horribles distopías que imaginaron Huxley o Bradbury u Orwell, bajo la apariencia de mundos felices.
Ya casi nadie se escandaliza de esos Consejos audiovisuales – que son los ojos y las orejas del Gran Hermano- que proliferan contra la libertad, bajo la excusa de la libertad. Casi nadie se escandaliza de la existencia de esas tenebrosas brigadas policiales podemitas que, como la de Madrid, persiguen sañudamente la opinión discrepante. Siempre la misma historia: la disolución del individuo en la masa. Siempre, para todos los totalitarismos, la misma excusa: el paraíso, un mundo feliz, la tierra prometida. La vida prometida.
Pobre España, tan moderna ya. ¡Ay de un país, cuando sus ciudadanos llegan a lamentar serlo y anhelar serlo de otro que no se le parezca en nada!
Como en el poema de Unamuno, me duele España. Yo que -como la izquierda cainita de hoy- te odié. Que odié tu nombre, tu historia, tu bandera, los símbolos de tu gloria…, me aflige ahora tu destino.
España se desmorona, estúpidamente, sin grandeza. ¿No hay quien se alce, se rebele y, al menos, grite?
 ¡Ay, España!

Junio, 2017

SOBRE LA SABIDURÍA PERIODÍSTICA

Hay veces que le da a uno rabia tener que reconocer la verdad en el aserto de aquél de quien se tiene una pobre opinión. Lo digo en referencia a ciertas declaraciones del inefable exconsejero De Llera –el Notorio detractor; como lo aludió la ebúrnea Alaya; o sea, el Nota-, cuya incontinencia verbal es proverbial.
Me ha sucedido con él en dos ocasiones: una, aquella vez que habló sobre jueces y fiscales, que le valió la reprobación del Parlamento andaluz (como si la reprobación de un Parlamento como este supusiese algún estigma; cuando, más bien, constituye justamente lo contrario: un estimable galardón, considerando la escasa honorabilidad de la Institución y de sus miembros, que han demostrado ser un mero y prescindible apéndice del Gobierno de un régimen inicuo. Parafraseando a Thoreau, la censura de un régimen tal sería el mejor encomio para un hombre decente. Aunque, en verdad, no sea éste precisamente el caso, tratándose de un destacado miembro de esa secta.)
Esa, digo, y esta otra muy reciente en la que arremetió contra los periodistas, a los que definió como un océano de sabiduría con un milímetro de profundidad. Fin de la cita; y que me perdonen aquéllos que no tienen cabida en la definición –que los hay, aunque escasos-. Es lo injusto de las generalizaciones.
Pues bien, la Agencia EFE aportó el 23 de junio una incontestable prueba de la certeza de las palabras del inefable Nota. Leí la noticia de la Agencia –sin firma- en El Mundo y en el ABC: Una niña de 2 años, muy grave tras ahogarse en una piscina comunitaria de Madrid. Y aunque el titular era de la Agencia, los medios que lo publicaron no se tomaron la molestia de corregirlo, ratificando el despropósito.
Cuando lo leí me acordé de una anécdota que se contaba sobre uno de mi pueblo con fama de zote y obtuso. Se contaba que siendo un chaval se cayó en uno de esos pilones, de escasa profundidad, que solía haber a la entrada de los pueblos para abrevar al ganado. Cuando ya hasta la ropa tenía seca, se le ocurrió acongojado preguntarle a la madre: ¡Máma! ¿Me ajogaré?
Al parecer los periodistas de nuestros días son como aquel paisano. Lo dijo el Nota. Sin comentarios.

Junio, 2017

RECUERDOS DE 15J

40 años, primeras elecciones después de cuarenta años de gobierno autoritario de los mismos.
Como aquí hoy, cuarenta años de los mismos y de lo mismo: atraso, sumisión, limosneo… Entonces, como ahora, en el vagón de cola de una Europa próspera y lejana, cada vez más lejana. Y un régimen omnipresente y opresor.
Recuerdo aquellos años sin nostalgia alguna. Al contrario. De aquello sólo quedó el sabor amargo de la frustración. Y el tiempo perdido.
Éramos jóvenes, y ya se sabe cómo son los jóvenes. Aristóteles, ¡cómo no!, lo clavó: “…todo lo hacen en exceso: aman en exceso, odian en exceso y en todo lo demás por el estilo. Creen saberlo todo y están absolutamente seguros…
Son confiados porque aún no les han engañado muchas veces, y esperanzados…También son engañadizos, pues se esperanzan con facilidad…”
Éramos jóvenes, y fuimos háb(v)ilmente utilizados. Tontos útiles, nos advertían los señores mayores con bigote de lápiz.
Yo fui candidato al Congreso de los Diputados. Como los partidos a la izquierda del PCE – junto con éste, la única oposición al franquismo- no habían sido legalizados, concurrimos (el Partido del Trabajo de España y Ezquerra Republicana de Cataluña) en una coalición electoral llamada Frente Democrático de Izquierdas. El programa electoral era similar a lo que hoy, cuarenta años más tarde, defienden los podemitas. O sea, contra todo: contra España, contra la Iglesia, contra el capital, contra los empresarios, contra los EE.UU…en fin, contra el género humano con la excusa de conducirlo –a la fuerza, quiera o no- a la Tierra Prometida.
No conservo ningún recuerdo material de aquello, salvo una casete que repartimos durante la campaña, con el himno de campaña del FDI (…a luchar, a vencer, con el Frente Democrático de Izquierdas…), el discurso grandilocuente del Líder Carismático (el camarada Eladio García, alias Ramón Lobato; que hoy –cómo no, como tantos otros de aquéllos- liba de la Gran Ubre) y unos tanguillos del camarada Manuel Gerena (…el martillito pa los de Industria y los derechos de la Mujer…). Recuerdo la publicidad en uno de los diarios (creo que Córdoba) y me da risa. Parecía, más que la presentación de una candidatura, un reclamo policial. Wanted. La banda de los barbudos. Fulano, 23 años, profesor, tantos años de cárcel…Mengano, 23 años, abogado, dos detenciones…Zutano, 25 años, empleado, le piden tantos años en Consejo de Guerra y en el Tribunal de Orden Público…Y es que, por lo que se ve, el principal mérito o requisito era haber visitado las mazmorras del régimen, o estar en trance de hacerlo.
Ni que decir tiene que no sacamos ni un diputado.
No sé lo que dirán hoy los diarios ni las televisiones. O mejor dicho, lo que habrán dicho, pues escribo esto en los últimos minutos del día. Me lo imagino. Pero los que vivimos aquello sabemos que se trata de un cuento. Otro cuento más, de los que la gente gusta que les cuenten. La ansiada democracia. La fiesta cívica. El ejemplo al mundo…
La realidad fue otra. Franco murió en la cama y el franquismo también. Se agotó el régimen, porque el franquismo era Franco. No había detrás ningún proyecto político; inicialmente lo hubo –el falangismo, fundamentalmente-, pero Franco se encargó de liquidarlo tempranamente.
Y entonces, en aquél 77, con el permiso de los que siempre mandan, surgieron como setas en otoño los amantes de la libertad y los antifranquistas sin Franco. El noble pueblo español. No es tan bonita esta historia, ¿verdad?
40 años. Si hacemos caso del tango, el doble de nada.
Junio, 2017

EVOCACIÓN


Curioseando en el perfil de wasap de miss Mary, me demoro en la contemplación de la foto que lo ilustra: una pelota de tenis entre los coloridos cojines. Sin duda, “su” pelota, pienso. Inmóvil –más bien petrificada, como una estatua-, condenada ya para siempre a la acinesia, y al olvido. Regurgito el dolor por los ojos; amargas lágrimas.
Y cavilo que, sin embargo, no bastaría, para aliviarlo, deshacerse de ella, digo de su pelota, de sus cosas. No serviría, me digo; todo quedó impregnado. En todos los espacios que habitó quedó su estigma. Contaminado todo, lo cotidiano evoca su memoria (y su desdicha): la huella de sus mordisqueos infantiles en las gafas de lectura, la pluma, el radiador, las gruesas cubiertas de los libros colocados en el plúteo inferior de la estantería… las naranjas yacentes –y aburridas, ahora- en el césped…
Cosas mudas que, paradójicamente, hablan de ella en su silencio. Extrañamente sigilosas, decía Borges:
“…ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido.”


No saben que te fuiste. Nunca sabrán.


Mayo, 2017

EL NOTISMO, BÁLSAMO PARA LAS DESDICHAS

Nadie –desde la razón- puede estar del todo satisfecho y feliz en un mundo donde se impone la injusticia, el dolor y el sufrimiento, salvo que sea un desalmado. Un mundo donde los cuatro jinetes del apocalipsis no han tomado vacaciones un solo día, desde que la humanidad tiene memoria. Ni un solo minuto de paz universal ha conocido la especie humana desde su existencia. Parece, pues, que  guerra y humanidad son consustanciales. Ya lo dijo el griego: la vida es guerra; y un poeta nuestro, sabio y profundo, que dio nombre a unas lentes, lo sentenció: “La guerra es de por vida en los hombres, porque es guerra la vida…”. Del mismo modo, el hambre, la miseria, la enfermedad y el sufrimiento, indeseables -e inseparables- parientes de la vida.
Así las cosas, la sabiduría popular, que en el fondo no gusta engañarse, acuñó el dicho de que sólo los tontos y los locos son felices. Aristóteles había venido a decir lo mismo, aunque, como es natural, de modo más elegante y sutil: el carácter melancólico es propio de las personas inteligentes. Hipótesis exaltada a la categoría de arte por genios como Lars Von Triers o Woody Allen.
Frente a ello, es sabido que la religión actúa, si no como antídoto, como paliativo, aportando consuelo o resignación ante la angustia existencial.
Hay, sin embargo, personas a las que no les ha sido otorgada la gracia de la fe, o a las que por rebeldía intelectual se les atragantan en la razón las religiones trascendentes. ¡Qué más quisiéramos muchos de éstos que estar equivocados y que existieran, por el contrario, esa otra vida o vidas futuras, donde se premie a los justos y se castigue la maldad de los réprobos!
Algunos de éstos (los descreídos, no los réprobos), entre los que me hallo,  hemos encontrado, no obstante, un remedio al aparente dilema: el arte elevado a la categoría de religión. Y no me refiero a la naturaleza redentora del arte, que tiene la virtud de elevar el espíritu y ennoblecer las acciones humanas.
Me explico: No sé cuántos seremos los que admiramos la genialidad de la película El gran Lebowski y a su protagonista; pero a alguno se le ocurrió pensar que el sentimiento de admiración no expresaba la realidad del fenómeno; lo que muchos sentíamos por el estilo de vida del Nota se describía mejor con la expresión fervor religioso. Y así, en el año 2011, surgió el Dudeísmo, también llamado Notismo. Religión cuya doctrina no ofrece consuelo en otra vida futura ni exige resignación ante las penalidades de la presente; y cuyo profeta, cómo no, es el Nota, o Su Notísima. Su dogma sólo contiene un precepto: buscar la felicidad en las cosas sencillas de la vida.
Y no admito que nadie traiga a colación a Lao Tsé o a Epicuro, ¡hasta ahí podríamos llegar, compararlos con el Nota! El Notismo no se revuelca en el lodo del hedonismo, ni es tan trascendente como el Taoísmo. Está, como señaló Aristóteles, en el punto donde se halla la virtud: en el justo medio.
Así que, ya que no podemos ser plenamente felices, procuremos, al menos no desaprovechar los momentos de felicidad que podemos hallar en las cosas más simples y cotidianas. En el nombre del Nota, que así sea.

Mayo, 2017

ESTAMPAS ROMANAS, 6

Cuentan que Miguel Ángel, durante los cuatro años en que estuvo pintando la bóveda de la Capilla Sixtina, no permitió que nadie, incluido el mismísimo Julio II, observara el desarrollo de sus trabajos. Está en nuestro recuerdo la película de Carol Reed El tormento y el éxtasis y el papa Julio II (Rex Harrison) increpando furiosamente al artista (Charlton Heston): ¿¡¡¡¡Cuándo terminarás!!!?, y éste, con una mezcla de hieratismo, soberbia y cólera contenida: ¡Cuando acabe!
Y se cuenta también que, pese a ello, Rafael Sanzio, con quien rivalizaba por los favores del papa, consiguió furtivamente –solo o en compañía de otros- quebrantar el hermetismo impuesto por Miguel Ángel. Y dicen –yo lo he oído contar; o mi imaginación va más allá de lo aceptable- que, ante el prodigio que se ofrecía a sus ojos, sólo dijo dos palabras: posso eguagliare; no se sabe si movido por el orgullo, por la envidia o por la admiración, o por una mezcla de tales cosas. No se le ocurrió, pues, que la obra pudiese en modo alguno mejorarse. Tratándose del juicio del pintor más grande del momento, sus dos palabras decían: es una obra perfecta. No hay palabras para describir tanta belleza, ni tanta genialidad concentrada en tan poco espacio.
Contemplando a la sibila cumana –a la que sólo Virgilio ha dado nombre: Deífobe- me conmuevo aún más. Se aprecia el cruel contraste entre la decrepitud del rostro de ésta y la lozanía y belleza angelical de la de Delfos; Miguel Ángel hizo honor al mito, según el cual Apolo castigó las pretensiones de la sibila concediéndole la longevidad, más no la juventud.
Fuente: Dominio público. Wikimedia
Y, cómo no, recuerdo los bellos versos de la Eneida que hablan de ella, y, sobre todo, el fatal augurio que desvela a Eneas:
¡Guerras son lo que miro, horribles guerras,
sangre en el Tíber, aluvión de sangre!
Causa de tanto mal será de nuevo
una mujer extraña a los troyanos,
y el tálamo otra vez de una extranjera.
Augurio que en nada sorprendió a Eneas, según nos sigue contando Virgilio; y, desde luego, mucho menos a Horacio, que antes de la Eneida –y de las desgracias acaecidas a los troyanos por causa de tres extranjeras: Helena, Dido y Lavinia-, ya apuntó en sus Sátiras que “…ya antes de nacer Helena, la vulva de la hembra había sido causa de tristísimas guerras…”
Hoy, por desgracia, no es el amor o el despecho la causa de las guerras, sino el odio, la ambición, el fanatismo, la estupidez…

Mayo, 2017

ESTAMPAS ROMANAS, 5


Tomamos ansiosos el camino hacia el Vaticano. Cruzamos el Tíber esta vez por el ponte Sant’Angelo, disfrutando de todo lo que la vista abarca: el río, los ángeles custodios del puente, los sampietrini –esos cubos de piedra negra que caracterizan el pavimento romano- y, sobre todo, de la imponente mole del castillo, que -por los pelos- salvó el pellejo al papa Clemente VII durante el saqueo de Roma por las tropas del emperador Carlos I.
Comenzamos la jornada más esperada. Nada más entrar en los museos vaticanos nos damos de bruces con la terrible escultura de Laocoonte, aquél cuyas palabras este blog coronan:
Mas del caballo no os fiéis, Troyanos:
yo temo al Griego, aunque presente dones.
Dice, y en un alarde de pujanza,
venablo enorme contra el vientre asesta
del monstruo y sus ijares acombados…
El lúcido Laocoonte advirtió en vano de la trampa griega (curiosamente, se usa en nuestro idioma, en el argot informático, la expresión “troyano” como sinónimo de engaño o fraude, en lugar de “griego”, siendo realmente griego el engaño, y no troyano), y pagó con su vida y la de sus hijos la afrenta infligida a la rencorosa Juno, protectora de los griegos.
Sobrecoge mi ánimo el grupo escultórico –tan real es-: el bocado terrible de la monstruosa sierpe, la expresión vanamente suplicante de los hijos, el horror en el rostro de Laocoonte. Conmueve tanto, como el relato de Virgilio en la Eneida:
Ya dos vueltas los lomos escamosos
le dan al cuerpo, al cuello, y todavía
las engalladas fauces su cabeza,
ponzoñosas, dominan. Él en vano
los torpes nudos por soltar relucha,
mientras se empapan las sagradas ínfulas
con baba inmunda y tósigo negruzco.
Terríficos clamores lanza al cielo (…)
Se corre que Laocoonte ha merecido
su pena abominable, por la afrenta
que al sacro leño osó inferir lanzando
su dardo criminal. La imagen, claman
todos a una, debe entrar en Troya,
desagravio a la diosa resentida
Mayo, 2017

ESTAMPAS ROMANAS, 4




Entramos en el Trastevere cruzando los dos puentes –Fabricio y Cestio- que unen la Isola Tiberina a cada una de las orillas del Tíber. El Trastevere inevitablemente evoca a Triana. El Trastevere es Triana en Roma. No sólo comparten, a mi modo de ver, el significado etimológico de sus nombres (Más allá del río), sino el espíritu que anima su singularidad, su pintoresquismo. Comparten el alma… ¡y los pavías de bacalao! que, aunque en el Trastevere les llaman “filetto de baccalá”, están igual de ricos.

Mayo,2017

ESTAMPAS ROMANAS, 3


Cobra Roma 6 euros diarios a todo viajero que la visita. Como es notorio que hace tiempo que cayó el Imperio, aunque pervivan las reliquias de su pasado esplendor, rehuso que la causa del diezmo tenga su fundamento en razones de soberanía política. Y, como no encuentro otra razón que -convertida a lenguaje monetario- no haya sido pagada ya de una u otra forma, concluyo que, fundamentalmente, tal tributo tiene por objeto subvenir al quebranto económico que provoca a la ciudad la limpieza de la suciedad que generamos los visitantes. Luego la evidencia de los hechos desmiente tan precipitada conclusión: Roma es la ciudad más sucia que he visto en mi vida, y eso que he visitado varias ciudades de Marruecos. Así que me corrijo: Roma cobra como una cortesana. Roma cobra su belleza.
Eso sí, entre tanta suciedad callejera, ni una cagada de perro y ni rastro visual ni olfativo de meadas. Inevitablemente, me acordé del soneto de Rafael Alberti  y de una antológica meada vasca de mi tío Antonio Luna (que en eso de las meadas, ambos están unidos indisociablemente en mi recuerdo):
Vía Venetto

Verás entre meadas y meadas
más meadas de todas las larguras:
unas de perros, otras son de curas
y otras quizá de monjas disfrazadas.
Las verás lentas o precipitadas,
tristes o alegres, dulces, blandas, duras,
meadas de las noches más oscuras
o las más luminosas madrugadas…


Los tiempos cambian. No sé si para bien o para mal. Lamento que el tiempo y el progreso hayan refutado a Alberti (ese comunista italiano, como solía decir con toda intención mi amado y admirado tío), pero en Roma ya no es necesario orinar sobre las piedras milenarias; no sólo hay dónde miccionar –como decía el Sr. Lebowsky (no confundir con El Nota)-, sino que, además, los servicios públicos llaman la atención por su extraordinaria limpieza. ¡Oh tempora…!
Mayo, 2017

ESTAMPAS ROMANAS, 2


Callejeando desde la Piazza del Popolo hacia el Panteón, damos con otra de las 900 “chiesas” y basílicas que –dicen- tiene Roma: la Basílica de San Lorenzo in Lucina, al lado de un cuartel de los Carabinieri, en la Piazza del mismo nombre.
Curiosa basílica, construida, parece ser, en el siglo IV sobre la domus de una devota matrona romana de tal nombre, que de facto ya la había convertido en iglesia propiciando en ella los ritos ceremoniales de los primeros cristianos. 
Pero lo que llamó mi atención es que en esta Basílica se encuentra enterrado Nicolás Poussin. Una lápida, que Chateaubriand mandó poner cuando estuvo de embajador en Roma, honra al genio y a su patria materna, y deja constancia del lugar de su última morada; también, de quién es el pagano.
Vemos en ella, en relieve, reproducido su Et in Arcadia ego o Los pastores de Arcadia, advirtiéndonos sobre la vanidad de las cosas mundanas; y abajo, un bello epitafio en latín ofrece consuelo al visitante: “No derrames piadosas lágrimas…, si quieres oírlo hablar, habla vivamente en sus cuadros.”
Mayo, 2017

ESTAMPAS ROMANAS, 1


Conversación bilingüe con el camarero de un popular y típico restaurante italiano, de esos de manteles ajedrezados en rojo y blanco, olor a pizza recién horneada y albahaca, en un callejón perdido cercano a la Fontana por antonomasia:
 - yo (en italiano): Cameriere, il conto, per favore.
 - il cameriere (en español): Si te gusta la guapa, paga.


Es lo que tiene pasear por Roma con mi Anita Ekberg.


Abril, 2017