2. EPIGRAMAS, RECUERDOS, SUEÑOS Y OTRAS DIVAGACIONES

Refiere Cicerón en uno de sus libros de la villa de Túsculo un pasaje de Heráclito –también mencionado más tarde por Diógenes Laercio en sus Vidas de Filósofos- en el que éste recriminaba duramente a los efesios haber expulsado a Hermodoro de la ciudad. Según cuenta, al exiliar a Hermodoro los efesios se expresaron así: “Ninguno de nosotros sobresalga sobre los demás; pero si alguien sobresaliera, vaya a otro lugar y viva con otros.
En la Andalucía del siglo XXI, la de la enésima modernización, la California del Sur, la que ya no reconoce ni la madre que la parió –Rivera dixit, emulando a Guerra, después de convertir a Ciudadanos en sostén indecoroso del Régimen-, sucede lo mismo que en el Éfeso del siglo VI a.C.: los sobresalientes han de irse, no hay aquí lugar para ellos.
Sabido es que el socialismo patrio –como todas las ideologías impregnadas de totalitarismo- promueve la mediocridad y odia la excelencia en los individuos. Aquí lo que destaca se tapa con el manto de la igualdad, como hacían los efesios hace 27 siglos.
Por otra parte, este régimen inicuo, en su orwelliana neolengua, celebra anualmente en su propaganda el “éxito educativo” (hesito educatibo, según los jerarcas de la consejería –conserjería- de Educación), exalta la excelencia y presume de la repatriación del talento mientras, con sus actos, aprueba en los despachos a los suspensos, fomenta la mediocridad y expulsa el talento fuera de nuestras fronteras.
Francamente, no sé qué es peor: si promover la mediocridad o practicar el cinismo con tanto descaro y desvergüenza.

Julio, 2016