LA NOCHE CÓNCAVA

 

Vuelve la noche cóncava que descifró Anaxágoras;
vuelve a mi carne humana la eternidad constante
...


La angustia de la noche, el insomnio,

segregando una pus de indiferencia,

a la espera de otro fingido agravio.

El frío y el silencio,

extraños compartiendo

la misma sepultura,

compartiendo la soledad, el vacío.

Alimentando un sueño,

engordando un fracaso

-que me mantiene vivo, sin embargo-;

sin deseos de nada, es lo cierto,

sin esperar ya nada,

ni siquiera la muerte,

que vendrá caprichosa

cuando le dé la gana

y no cuando la invoque;

y rumiando una pena ya pasada,

lejana y enraizada en la memoria,

que nunca se desprende

y se enquista en mis sueños,

una intrusa impostora.

Mas no es sueño, es real,

lo comprendo cuando, abiertos los ojos,

constato que está ahí,

pegada a la almohada y a los huesos,

clavada en la memoria... y en el alma.


Diciembre de 2022