Cuenta
Plutarco en las ‘Vidas paralelas’ que
César repudió a su esposa, aun sabiéndola inocente de las acusaciones de que
era objeto; y preguntado por qué lo hacía entonces, respondió: “Porque estimé que mi mujer ni siquiera debe
estar bajo sospecha”. Y es que en la política –como, especialmente, en la
Justicia, y, en general, en todos los asuntos públicos- la apariencia de las
cosas importa tanto como su esencia. Sin embargo, desde aquellos lejanos
tiempos, la política ha degenerado lo bastante como para desplazar el quid de
la cuestión desde la ética del ‘no sólo
basta serlo, también hay que parecerlo’ a la del “no es necesario serlo, basta con parecerlo” para llegar en estos
tiempos al “ni serlo ni parecerlo, lo
importante es que la opinión pública se trague la mentira”, que es lo que
se practica cuando el cuerpo social, la ciudadanía, sucumbe a la propaganda y
carece de criterio. Lamentablemente, lo que aquí sucede.
Esa
es la política que practica el cónsul lúteo –Juan Marín para el registro
civil-, y de esa mala índole da fe el hecho de que, no teniendo más currículo
que un doctorado en chaqueteo camaleónico –ha pastado, por ahora, en el pesebre
de cuatro partidos-, es tan osado o, como dicen aquí, tan ‘sobrao’ que
-emulando al maestro Ciruela, que no sabía leer y puso una escuela- no le ha
bastado alzarse con la Vicepresidencia de la Junta, sino que se ha nombrado a
sí mismo tetraconsejero de Justicia, Turismo, Regeneración y Administración
Local.
De
modo que el cónsul junior –en la
época actual, el Juanma Chico- que,
ignorando tantas cosas necesarias para la buena marcha de la res pública, no
ignora, sin embargo, lo que conviene a sus intereses personales y partidarios,
y que no ha tenido pudor ni empacho a la hora de designarse onanísticamente,
aplica la misma regla a la hora de designar a otros para las altas
magistraturas de la Junta, despreciando no sólo la sabia máxima de César sino a
la ciudadanía andaluza. Y así, para dirigir la oficina judicial y fiscal de
Andalucía ha nombrado al abogado del famoso director general de los Eres, para
el Turismo a un directivo de una de las agencias de la administración paralela, sostén y refugio clientelar del corrupto
régimen socialista y, cómo no, para abanderar la ‘regeneración y la
transparencia’ a la persona menos idónea para ello.
Juzgue
el lector: la persona designada –lo de menos es su nombre- declara en su currículum, publicado en la Web
oficial de la Consejería de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración
Local, lo siguiente: “Ha sido asesora
técnica en la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio durante
15 años…”
Pues
bien, esa afirmación enmascara una mentira y una usurpación de funciones
públicas. Y, lo que es peor, la realidad subyacente bajo la misma pudiera ser
constitutiva de infracción penal; concretamente, prevaricación y fraude en la
contratación.
No
es verdad que la señora designada haya sido ‘asesora técnica’ en la Consejería
de Medio Ambiente, por la sencilla razón de que esta señora no es, ni ha sido,
funcionaria –ni de carrera ni interina-. Sin embargo, la expresión “ha sido asesora técnica”, pretende dar a
entender lo contrario; es decir, que ha sido funcionaria. Cualquiera puede
saber, consultando las Relaciones de Puestos de Trabajo, que el puesto de
‘asesor técnico’ es un puesto estandarizado que existe en todas las consejerías
de la Junta, y que, obviamente, para su desempeño se exige necesariamente ser
funcionario –de carrera o interino-. En la citada consejería, como en las
demás, aparte de tales puestos, no existe ningún otro empleo de ‘asesor
técnico’ que pueda ser desempeñado por alguien que no tenga la condición de
funcionario.
Pues
bien, siendo así, el lector se preguntará por qué entonces se afirma tal cosa.
Pues muy sencillo: para enmascarar la realidad. Realidad que no encaja muy bien
con la naturaleza y funciones del cargo para la que es designada: nada menos
que la Secretaría General de Regeneración, Racionalización y Transparencia, con
rango de viceconsejera.
Al
parecer, el vínculo jurídico mediante el cual esta persona prestó servicios en
la Consejería de Medio Ambiente ha sido el de contratos administrativos de
asistencia técnica o de servicios, sujetos al régimen jurídico regulado por la
Ley de Contratos del Sector Público, y no por el derecho laboral ni por el
derecho administrativo funcionarial. Es decir, legalmente, su relación no era
de carácter laboral. No era una empleada de la Junta de Andalucía, sino una
contratista. Decimos ‘al parecer’, porque como la plataforma de contratación
del portal de la Transparencia sólo ofrece datos desde 2008, sólo hemos podido
constatar la existencia de dos contratos de servicios (Número de expediente:
883/08/I/00; y número de expediente: 300/2010/I/00), celebrados por
procedimiento negociado sin publicidad, cuyo objeto, en ambos, era “apoyo a la gestión y seguimiento de las
diferentes categorías de gastos del programa operativo FEDER de Andalucía
(2007-2013)”, por importes, respectivamente, de 30.844,92€ y 55.295,24€.
Curiosamente, el primero de esos contratos se adjudicó definitivamente por 30.844,92
Euros, cuando en la adjudicación provisional lo fue por un importe inferior:
26.590,45€.
Ello
significa, por un lado, que la Consejería de Medio Ambiente celebró unos
contratos ilícitos, pues la realización de las funciones que constituyen el
objeto de dichos contratos corresponde exclusivamente a los funcionarios de la
propia consejería, conforme a la ley y la jurisprudencia del Tribunal Supremo.
Por otra parte, no podría argüirse para justificar la contratación externa la
inexistencia de funcionarios para realizar tales funciones, pues tanto el
Tribunal de Cuentas como la Cámara de Cuentas han señalado que ningún contrato
de asistencia técnica justificado en la falta de funcionarios idóneos podría
prolongarse en el tiempo más allá de lo necesario para crear las
correspondientes plazas en la Relación de Puestos de trabajo. Así pues, el
hecho de que esa situación se haya prolongado durante 15 años, como se afirma
en el currículum oficial, no deja de ser otra prueba de su ilicitud.
Y,
más aún, el hecho de celebrar varios contratos con idéntico objeto y escenario
temporal (2007-2013) puede suponer un fraccionamiento ilícito de lo que pudiera
ser un único contrato de –al menos- 86.000 euros y, en tal caso, podríamos
hallarnos ante un posible delito de fraude en la contratación, en el que incurriría
tanto el contratante como el contratista, es decir, el órgano competente de la
Consejería de Medio Ambiente y la adjudicataria del contrato.
Fraccionando
el contrato en varios, se posibilitó que la adjudicación pudiera realizarse
mediante el ‘procedimiento negociado sin publicidad’; es decir, que no se
anunciara públicamente la licitación y así, como efectivamente sucedió,
adjudicarse “a dedo”, sin que ninguna otra persona o entidad tuviesen la
oportunidad de postularse para prestar el servicio. O sea, sin transparencia,
de forma opaca y arbitraria.
Paralelamente,
la ejecución del contrato supuso necesariamente que esta persona -la actual
secretaria general de regeneración, racionalización y transparencia- estuviese
desempeñando ilícitamente, durante ese largo período, funciones públicas
reservadas por la ley exclusivamente a funcionarios públicos; todo ello sin ser
funcionaria y en virtud de unos contratos asimismo ilícitos. O sea, usurpando
funciones públicas.
Y
ahora, responda el lector:
Si
esta persona era consciente de lo irregular –llamémosle así- de su
relación jurídica, ¿es idónea para el puesto de secretaria general de
regeneración y transparencia?
Si
no lo era, esto es, si no alcanzaba a distinguir lo que está bien de lo que
está mal, ¿es idónea para el puesto de secretaria general de regeneración y
transparencia?
Por
cierto, la prensa está plagada de noticias sobre procesamientos de políticos
por fraccionar fraudulentamente contratos. Claro que casi todos estos casos son
en la Comunidad valenciana, o en Galicia o en Madrid; y sus protagonistas son,
por supuesto, del PP. Aquí, obviamente, nunca se ha producido un
fraccionamiento ilícito de contratos, pues, sin
duda alguna, la Fiscalía habría perdido el culo persiguiéndolo.
Marzo,
2019