EL GOBIERNO DE LÁZARO ESTORNUDO

II. Señoras, señores, la representación va a comenzar.

Que nadie gobierna inocentemente es cosa bien sabida desde que el hombre se impuso sobre el hombre. La Historia ha dado buena cuenta de eso. Cervantes, con su aguda sabiduría y precisa belleza, nos lo recordaba en El licenciado Vidriera: “¡Oh Corte, que alargas las esperanzas de los atrevidos pretendientes y acortas las de los virtuosos encogidos, sustentas abundantemente a los truhanes desvergonzados y matas de hambre a los discretos vergonzosos.” La cima del poder no es lugar para personas virtuosas. Recuerdo a quien lo supo por propia experiencia, uno de los pocos políticos decentes que he conocido. Se lo decía a su chófer, a quien se lo oí referir: “José, yo no sirvo para esto. Para esto hay que ser muy sinvergüenza.”
De modo que este gobierno de varietés, de pantomima rosa, ofende la inteligencia cuando pretende venderse como el gobierno de la regeneración moral, poco menos que gobierno seráfico. ¡Como si no supiésemos de donde vienen y cómo han llegado a donde están! Son como Menio, ese personaje de las Sátiras de Horacio, indulgentes en extremo con sí mismos, rebosantes de un amor propio tonto, desvergonzado y digno de ser reprobado. Y, como a Menio, habría que decirles: ¡Eh, vosotros que no nos conocéis y pretendéis hablarnos como si no os conociéramos!
Y es que estos frívolos desvergonzados (sálvese el que pueda) están manchados hasta los sobacos del ‘lodo del camino’ y ellos, mejor que nosotros, saben bien cuáles son los rincones oscuros de su ascensión a las alturas del poder y cuantos sapos han tenido que tragarse –en el mejor de los casos- contra su conciencia. Por ejemplo, mi paisana, la vicepresidenta, estuvo en el gobierno del que ahora llama ‘ciudadano Chaves’ –otrora Manolo, el bueno de Manolo-, en cuyas sesiones se urdió y alimentó la trama corrupta de los EREs (Yo no sabo). En los Consejos en los que comenzaron a tejerse los primeros hilos de la tela de araña del régimen clientelar, en los que se creó la FAFFE (año 2003) buque insignia del nepotismo y clientelismo del Régimen (Estaba distraída). En los Consejos en los que se diseñó el más desvergonzado expolio -pro domo sua- de los fondos destinados a la formación de los parados andaluces (Yo no sabo); operación que, según vamos sabiendo, va a dejar, si las comparamos, a la Cueva de Alí Babá como un convento de Carmelitas.
A esta y a su jefe Lázaro Estornudo –el varón que tiene corazón de lis, alma de querube, lengua celestial-, entre otros diputados socialistas, les debemos  su cuotaparte –como diría FG- de la ‘Operación Katyn de la crisis’; esto es, echar la culpa al PP de los recortes sociales que durante los años 2010 y 2011 diseñó el gobierno socialista de ZP y aprobaron los diputados del PSOE, del mismo modo en que los comunistas culparon a los nazis del genocidio de Katyn. A ellos les debemos, pues, la brutal bajada de las retribuciones que sufrimos los empleados públicos -y que aún padecemos-; la bajada universal de las pensiones, de todas ellas sin distinción: altas o bajas y de cualquier clase y condición; el copago farmacéutico de los pensionistas; los recortes en la ‘dependencia, etc., etc... O sea, no son las inocentes criaturas que pretenden representar; y, desde luego, no vienen con las manos limpias, ya quisieran. Y lo mismo –o cosas peores, aún- podríamos decir de la mayoría del resto: Borrell, Montero, Robles, Valerio, etc…
De manera que, por favor, no nos tomen, pues, por imbéciles. Ese discurso, más bien esa pantomima, sólo se la tragarán sus sectarios o aquellos infelices ingenuos que ponen la fe por encima de las obras.
Junio, 2018